jueves, 12 de enero de 2017

Cómo conseguir niños desenganchados de sus teléfonos inteligentes



Establecer directrices sobre el uso de tecnología de los niños comienza con los hábitos y las decisiones conscientes de los padres. Mark Bertin, en Mindful, comparte consejos sobre cómo las familias pueden estar atentas al uso de estas tecnologías.

El tiempo que los niños pasan pendientes de la pantalla causa hoy en día una considerable angustia a los padres, razones no faltan.
Las investigaciones muestran que los niños pasan un promedio siete horas al día pegados a PC’s, tablets, teléfonos inteligentes o pantallas de televisión. 
Esta realidad ha creado tal revuelo que, la Academia Americana de Pediatría (AAP) actualizó este otoño su recomendación en cuanto al tiempo de uso de las pantallas en la infancia.
Lejos de una revisión radical, la pauta sugiere recientemente que un poco de tiempo bien elegido está bien a partir de los dieciocho meses, cuando se utiliza interactivamente con un cuidador. 
De dos a cinco años, se recomienda una hora máxima diaria, y para los niños mayores, dos horas tope de tiempo total.
¿Por qué el tiempo de pantalla es un tema tan importante y desafiante? 
Las directrices de este tipo son difíciles de implementar en el mundo real. Los niños no quieren oír que, fuera de sus de obligaciones, pasar demasiado tiempo delante de la pantalla, afecta realmente a su salud. 
Sin embargo, dado que los niños carecen de una función ejecutiva madura, (las habilidades cognitivas necesarias para manejar la vida como una persona adulta), una decisión adecuada acerca del uso de las pantallas deberá recaer sobre los padres hasta que los niños adquieran esa capacidad.
Así pues, a pesar del poderoso atractivo que las pantallas tienen sobre los niños, el uso sano de la tecnología depende de los padres.

La capacidad de dirección de la propia vida

La función ejecutiva es como el Director de nuestras vidas. Cualquier cosa relacionada con la organización, planificación, anticipación, enfoque y regulación del comportamiento, depende de la función ejecutiva. 
El desarrollo saludable de la función ejecutiva en la primera infancia se ha relacionado con el éxito académico y social de toda la vida.
En gran parte, los niños dependen de los padres para manejar la vida mientras esperan que la función ejecutiva madure.
Ésta representa el camino hacia la solución de problemas complejos y el establecimiento de metas, y la capacidad de diferir la gratificación a corto plazo para obtener ganancias a largo plazo. 

La realidad inquietante es que la función ejecutiva no madura completamente hasta alrededor de los treinta años.
Esa es una de las razones por las que los niños y los adolescentes toman decisiones poco inteligentes cuando se trata de las redes sociales. En pocas palabras, incluso un adolescente en apariencia maduro, casi seguro carece de toda la capacidad para tomar decisiones a largo plazo.


La función ejecutiva inmadura es en gran parte lo que hace que los niños actúen como lo que son, niños. 
Frente a las pantallas, podemos pensarlo así, la mayoría de los adultos tienen una función ejecutiva plenamente desarrollada y capacidad para gestionar la atención, priorizar, planificar y controlar los impulsos y pensar en sus implicaciones.
Debido a que los niños carecen de la capacidad de autogestión de un adulto maduro, están particularmente en riesgo cuando se trata de las pantallas. 
Para muchos, lo importante es la gratificación inmediata (estoy aburrido, ¿dónde está mi tableta?) La salud y el bienestar ni siquiera se plantean. 
Para los adolescentes, inmersos en su complejo mundo social y preocupados por su independencia, las hormonas y las emociones, crean una tormenta perfecta cuando se combinan con una función ejecutiva inmadura y un teléfono inteligente. Enviando desnudos selfies-hey, ¿por qué no? ¡La parte del cerebro responsable de la reflexión y la previsión no ha crecido todavía!
  
Poniendo coto a la fascinación por la tecnología

Al igual que siempre, nuestro papel como padres de nuestro tiempo es amar a nuestros hijos, guiarlos y enseñarles. Los niños siempre han necesitado supervisión, y no hay nada nuevo en su fascinación por la tecnología. Los padres antes de nosotros trataron el comportamiento de un niño en cuanto a la forma de conducir, las fiestas, los toques de queda y los modales, y ahora también debemos seguir la pista de la tecnología. Esto significa establecer límites y darles más independencia a medida que ganan madurez con el tiempo, y no antes.

Cuatro impactos negativos de la adicción al teléfono

La tecnología es una herramienta; No es inherentemente buena o mala. Mantenerla en un lugar saludable en nuestras vidas requiere un uso hábil.  
El uso moderado puede aumentar el aprendizaje, pero cientos de estudios muestran que cuando los dispositivos se utilizan sin ningún control, las consecuencias no son buenas. 

Algunos ejemplos:

·         La atención a corto, a largo plazo y la función ejecutiva se ven afectadas. 

·         El sueño se concilia con mayor dificultad si se utilizan los dispositivos antes de acostarse.

·         El tiempo dedicado a las pantallas puede interferir con el lenguaje, la comunicación y otras formas de interacción social. 

·         El tiempo que se pasa frente a las pantallas puede generar si el contenido es inapropiado dificultades de comportamiento. 

Gestión de pantalla consciente

Mindfulness significa vivir la vida con más conciencia y hábitos menos reactivos. Para un padre esto significa tomarse el tiempo para estar vigilante y reajustar a menudo.



La participación  de los padres que moderan el tiempo frente a las pantallas está relacionada con el éxito académico, conductual, y social.

La crianza de los hijos en la era digital significa lo mismo que en la edad de piedra: Los niños requieren afecto, fijación de límites firmes y un enfoque atento, consciente y claro para guiarlos, desde palos y piedras hasta llegar a la televisión y los teléfonos inteligentes.

Algunas formas de hacerlo

·         Comienza contigo mismo. 
Los niños aprenden muchísimo de ver a sus padres, y el 70 por ciento de los niños de hoy en día sienten que sus padres pasan demasiado tiempo con sus pantallas. Cuando estés con tus hijos, trata de dejar tu dispositivo y presta atención a tu familia. Tú eres el primer modelo a seguir en el uso de las pantallas.

·         Los padres deciden cuánto. 
¿Cuánto tiempo es saludable?, Priorizar: Comienza con la hora de acostarse, las horas escolares, los deberes, la lectura, el ejercicio, el juego al aire libre, las actividades extraescolares. 
El tiempo que queda después de todo esto es el máximo disponible. Dosifícalo.

·         Los padres deciden cuándo. Establece pautas y tiempos programados. Enseña cortesía y modales también, es decir, cuando hay una persona real alrededor, prestamos atención a esa persona.

·         Los padres controlan el contenido. 
Internet puede ser una fuente de información increíble, saludable y útil para los niños curiosos. También tiene contenidos inapropiados para su desarrollo.
Mantenga los PC’s y las pantallas fuera de las habitaciones para saber lo que tus hijos están haciendo. Utiliza filtros de contenidos.

·         Recuerde que las pantallas son un privilegio, no un derecho. 
Si los niños  siguen las reglas de la familia, no hay problema, en caso contrario habrá consecuencias: “…has perdido el privilegio de tu teléfono durante el fin de semana”. Desconectarle un tiempo no va a destruir su vida social.

BMA & aktitud basado en el artículo de Mark Bertin
9 de enero de 2017 Revista Mindful


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