jueves, 13 de octubre de 2016

Para los que ya meditan: observar los pensamientos.


Aqui os dejamos un poco de la sabiduria de Jack Kornfiel,de su libro "Meditación para principiantes"





Hay personas que, en la medida en que avanzan en el camino meditativo, se preguntan ¿qué puedo hacer si paso la mayor parte de mi meditación sumido en mis pensamientos?. 
Ya sabemos que el deseo, la inquietud, la duda, el temor o la aversión emergen y acaban desapareciendo y que podemos postrarnos ante ellos y reconocerlos como parte de la meditación.  

De igual modo, el movimiento de la mente, o como yo lo denomino la fábrica de pensamientos no deja de contarnos historias, esbozar planes, evocar recuerdos, y elaborar fantasías.

 El objeto de la meditación consiste simplemente en cobrar conciencia de los recuerdos y de los planes o de cualquier otro producto momentáneo generado por la fábrica de pensamientos. Hablando en términos generales, cuando cobramos conciencia de ello diciendo, por ejemplo “planificar, planificar, planificar” no tarda en disolverse, momento en el cual podemos volver a prestar atención a la respiración.

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Durante la meditación la mente nos explica su versión de lo ocurrido e imaginamos lo que sucederá en el futuro. Al cabo de un rato podemos sentirnos cansados de estas historias sobre el futuro o el pasado, pero la idea es no juzgarlas.

 Tratemos de darnos cuenta de la irrealidad de estos relatos, y que cada uno de ellos, es una historia que, por más que insistamos, no es lo que está sucediendo en el presente. Entonces reconocemos la historia como un mero recuerdo o plan y volvemos a prestar atención a la respiración.

Poco importa, en última instancia, la frecuencia con que nos distraigamos, o la duración de nuestros pensamientos, porque no es mucho el control que al respecto tenemos. Lo que realmente importa es el momento mágico en que despertamos y nos decimos ¡Oh, estaba pensando!

Este es el momento, independientemente de que nuestro despiste dure cinco segundos o cinco minutos, lo importante de verdad es que nos brinda la oportunidad de seguir perdidos en nuestros pensamientos o volver al presente.


El acto de retornar constituye un entrenamiento para despertar, es decir, para vivir más atentamente el presente.


martes, 11 de octubre de 2016

Reflexiones de Jon Kabat- Zinn, siempre inspiradoras.







 Transcribimos parte del prólogo de Jon Kabat-Zinn al libro “Mindfulness y Equilibrio Emocional” de Margaret Cullen y Gonzalo Brito

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En última instancia, mindfulness es una cuestión de cómo nos relacionamos con toda la diversidad de nuestra experiencia, una relación tanto hacia dentro como hacia fuera.
 De modo que cuando cultivamos mindfulness en nuestra vida, ya sea a través de la práctica meditativa o a través de la práctica informal , dondequiera que estemos y en el momento que sea, estamos cultivando literalmente la intimidad con nuestra propia mente, nuestro propio corazón y nuestra propia experiencia, al prestar atención a cosas que normalmente ignoraríamos.

 Esta intimidad es, en definitiva, intimidad con tu propio cuerpo, tu propia mente, tus propios pensamientos y emociones, con los demás, y con las condiciones y los acontecimientos del amplio mundo, y, por último, con las nuevas formas de ser que puedan ser posibles en este preciso instante si sabemos estar despiertos y conscientes, o con la posibilidad de recuperarnos pronto cuando perdemos nuestro equilibrio emocional.
 Es, por tanto, un gran programa, en realidad es el programa de la propia vida mientras tengamos oportunidad de estar vivos. 
Esta realidad convierte el momento actual y nuestra disposición a relacionarnos con él en algo muy especial, precisamente dentro de su normalidad.

 ¿En qué podrías confiar mejor que en tu integridad y tu belleza más profundas, tu propia inteligencia emocional innata, y la posibilidad de cultivarla como destreza, como una forma de ser y de estar en relación con lo que es y lo que pueda emerger?



lunes, 3 de octubre de 2016

Tres pasos para disfrutar del presente