miércoles, 15 de junio de 2016

La analogia entre Mindfulness y el deporte.



Esta visión de uno de los directivos de Google, nos aproxima al futuro del Mindfulness, un futuro en el que podemos tomar posiciones ya. Para BMA sumarnos a ella solo podrá beneficiarnos.


Siguiendo a Chade-Meng Tan  en su libro “Busca en tu interior”

La meditación, en su acepción más sencilla es el entrenamiento de la atención. Con el entrenamiento suficiente, nuestra atención puede volverse firme, tranquila y concentrada. Y con esta atención acrecentada, nuestra mente se acostumbra con facilidad y durante periodos de tiempo cada vez más prolongados, a estar relajada y atenta al mismo tiempo. 

Esta combinación de relajación y alerta, hace emerger de modo natural tres maravillosas cualidades de la mente: calma, claridad y felicidad.

La analogía es esta: pensemos que la mente es como una de esas bolas de cristal con nieve dentro y que la estamos agitando constantemente. Cuando dejamos de agitarla, las partículas de nieve blanca de su interior, terminan por posarse y el fluido que contiene la bola se calma y se vuelve transparente. De forma similar, nuestra mente se encuentra en condiciones normales en un estado de constante agitación.

Si aprendemos a profundizar en la relajación y alerta mental, este estado deja paso a uno de calma y claridad. Y en el surge naturalmente la tercera cualidad, la felicidad interior.

Chade-Meng Tan considera que se puede establecer una analogía entre el proceso de extensión de la práctica deportiva al conjunto de la población, con el que en la actualidad experimenta el Mindfulness.



La meditación tiene que hacerse “real”. Tiene que trasladarse a la vida y los intereses de la gente de verdad, de los Juanitos y Pepitos del mundo.

¿Cómo hacerlo?
Cuatro rasgos del deporte le han hecho evolucionar y extenderse siendo comúnmente aceptado por una mayoría de personas. La meditación puede seguir un proceso similar.

  1. Todo el mundo sabe eso de que “hacer ejercicio” es bueno, no existe debate al respecto. Esto no quiere decir que todo el mundo se tome las molestias necesarias para hacer ejercicio, pero hasta aquellos que no lo hacen, saben que deberían hacerlo.                       
  2. Todo el que quiere empezar a hacer ejercicio puede aprender. La información está disponible por todas partes, abundan los instructores, y todo el mundo tiene algún amigo que practica y puede enseñarle a dar los primeros pasos.                                    
  3. Las empresas comprenden que unos trabajadores saludables y en forma son buenos para el negocio. Muchas de ellas tienen gimnasios o dan subvenciones a sus empleados para apuntarse a uno.                                                                                             
  4. El ejercicio es una actividad normal. Hoy día cuando les dices a tus amigos que vas al gimnasio nadie te mira con cara rara y actúa como si creyera que eres un chalado de la New Age salido de San Francisco. Justo al contrario: si alguien se le ocurriera decir que norteamericano temeroso de Dios no debería hacer ejercicio, él sería el destinatario de las miradas de perplejidad.

En otras palabras, hoy en día el ejercicio físico, está perfectamente integrado en nuestras vidas, existe un fácil acceso y nos beneficiamos de él.

Llegará el momento más temprano que tarde que la meditación sea tratada como un ejercicio para la mente, y por tanto cumpla con los cuatro rasgos enunciados:

1.  Todo el mundo sabe aquello de que “la meditación es buena”.
2.  Todo el que quiere meditar puede hacerlo.
3.  Las empresas aceptan que la meditación es buena para el negocio y algunas de ellas incluso la incentivan.
4.  La meditación es algo aceptado. Todo el mundo piensa: “pues claro que deberías meditar tío”.




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